26 abr 2009

MITOS Y REALIDADES RESPECTO AL CASCO







AUNQUE PAREZCA EXTENSO ES INTERESANTE DESCUBRIR QUE LAS EXCUSAS NO SON VALEDERAS.

Como en todos los órdenes de la vida, existen muchas interrogantes y prejuicios respecto al uso y los posibles inconvenientes que provoca el casco, que constituyen una especie de mitos populares y crecen muchas veces por desconocimiento o mala intención.
Por supuesto que no siempre el casco es cómodo o placentero, pero debemos evaluarlo como un seguro de salud o de riesgo, es mejor que no se produzca el acontecimiento para el cual lo disponemos, pero cuando llega ese momento tenemos la protección necesaria para afrontarlo.
MITO: "El casco afecta mi visión, no veo bien de costado"
REALIDAD: Rebatido por los datos científicos. La visión periférica es de entre 200º y 220º. Los estándares de seguridad internacionales requieren que los cascos provean 210º de visión.Alrededor del 90% de los accidentes suceden dentro de un rango de 160º (la mayoría restante son choques por atrás), así que está claro que los cascos no afectan la visión periférica y no contribuyen a los choques.
MITO: "Con el casco no puedo oír bien los sonidos de la calle".
REALIDAD: Rebatido por la ciencia.
Los cascos reducen la sonoridad de los ruidos, pero no afectan la capacidad del motociclista de distinguir entre diferentes sonidos.
La Universidad de California del Sur realizó 900 investigaciones profundas sobre accidentes con motos en el lugar del accidente y no detectó ningún caso en el que el motociclista no pudiera escuchar un sonido crucial del tránsito.
Más aún, algunos estudios indican que los cascos son útiles para reducir el sonido del viento y proteger la audición.
MITO: "En caso de accidente, los cascos provocan heridas en el cuello o médula espinal".
REALIDAD: La investigación ha probado que esto no es verdad.
Cinco estudios revisados por la GAO (General Accounting Office-USA) mostraron una mayor incidencia de lesiones severas en el cuello en aquellos motociclistas que no usan casco. Un estudio en Illinois, Estados Unidos, halló que los cascos reducen el número de heridas graves en la médula espinal.
MITO: "Las leyes del uso del casco son inconstitucionales, violan los derechos individuales".
REALIDAD: Las cortes europeas y americanas han reconocido en forma constante que las leyes del uso del casco no violan el derecho individual . Todas las normas de tránsito requieren que los individuos actúen de una cierta forma, más allá de que lo quieran o no. Por ej., detenerse ante el semáforo, dar prioridad a los peatones, respetar el sentido del tránsito, etc.
La legitimidad de éstas y otras disposiciones, se basa en que están dispuestas para la protección de la propia vida y la de los demás miembros de la sociedad.
Las leyes del uso del casco no son diferentes a éstas.
MITO: "Si me mato es asunto mío, sólo yo me perjudico".
REALIDAD: Para la sociedad, la muerte o discapacidad permanente de un individuo tiene consecuencias económicas y sociales serias, diversas y perdurables en el tiempo; desde el momento mismo en que se produce el accidente y la salud pública asiste al herido, lo levanta y lo traslada a un hospital público donde se le brinda toda la atención y tratamientos posibles.
Si, después de recuperarse, queda con alguna discapacidad que le impide continuar con su trabajo anterior, se le brinda una pensión por incapacidad y la atención que pueda necesitar tanto él como su familia; por ello resulta indiscutible que el daño no es solamente personal. Si fallece, además de la pérdida de su capital laboral, el pago de pensiones y la atención para sus seres queridos implican cargas para la sociedad.


CONCLUSIONES
A lo largo de todo lo que antecede, quedó claro que las enfermedades traumáticas provocadas por los accidentes de tránsito constituyen la tercera causa de muerte. Si se considera sólo jóvenes de 20 a 30 años, esa causa trepa al primer lugar. Sin duda, en años de vida potencial perdida supera a todas las otras causas de defunción.
Los accidentes donde intervienen motocicletas son los que producen mayor cantidad de muertes e incapacidades. Para esos accidentes se ha comprobado la efectividad del uso del casco con la finalidad de evitar las consecuencias en la mayoría de los casos. Pero dichos cascos deben ser de la calidad adecuada y ser usados y mantenidos de manera que no pierdan sus propiedades protectoras.
En el final, es bueno recordar que hay cosas por las cuales vale la pena jugarse la vida, pero sin duda subirse a una motocicleta sin casco no es una de ellas. La familia y la sociedad entera aspiran a que esa vida no se pierda por detalle tan menor, comparado con los riesgos que se asumen y la posibilidad cierta que ofrece de completar el ciclo vital que corresponde.
Fuente: ISEV

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