La muerte de cuatro personas en la provincia de Córdoba puso una vez más sobre el tapete el tema de la alta velocidad y el consumo de alcohol.
La “picada” entre vehículos que dejó este fin de semana cuatro jóvenes muertos en Córdoba, recordó otras tragedias ocurridas en el país y revivió un tema que parece fuera de control en algunas jurisdicciones. Neuquén también fue testigo de distintos casos, aunque de menor envergadura y sin el funesto saldo del accidente que enluta a la provincia mediterránea.
Lo sucedido a 100 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en la madrugada del pasado sábado, no hizo más que poner en evidencia un flagelo que se repite a lo largo y ancho de la Argentina y que son los jóvenes muertos en accidentes de tránsito.
La mayoría de los incidentes ocurren durante los fines de semana y luego de las 4 de la mañana. Es el horario que eligen los adolescentes para concurrir a los boliches o movilizarse a altas velocidades por calles céntricas de ciudades y peligrosas rutas nacionales o provinciales.
Pero no se trata sólo del acelerador del auto, camioneta o motocicleta. También aparece asociado al tema de la velocidad el consumo en exceso de diferentes bebidas alcohólicas. Combinados, son un cóctel mortal y así, en forma lamentable, lo confirman las estadísticas que exhiben cientos de jóvenes fallecidos luego de protagonizar “picadas” y otras arriesgadas maniobras al volante de sus vehículos particulares.
Indefensos
Un denominador común en los vehículos que protagonizan las “picadas” y otros accidentes con jóvenes es el número de ocupantes. En general, no menos de cinco personas viajan en los autos y camionetas, desprovistos de cualquier medida de seguridad como pueden ser los cinturones de seguridad.
Más drástico es el caso de las motos. Sin cascos y ante cualquier caída, los impactos resultan fatales.
Desde los centros médicos se advierte que, además de los jóvenes muertos, se debe tener presente a quienes resultan lesionados y que enfrentan largos períodos de recuperación, con secuelas que pueden quedar para toda la vida.
La preocupación en las autoridades vinculadas a la seguridad vial no redundó en campañas efectivas entre los jóvenes y los accidentes se siguen repitiendo, casi con las mismas características.
Antecedentes
En lo que va del año, las mayores tragedias vinculadas a “picadas” no solo involucraron a vehículos de gran porte, sino también a motos. A mediados de febrero, en las cercanías de la ciudad de 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires, murieron tres jóvenes de 17, 19 y 22 años luego de protagonizar un desafío entre cinco motos de 110 y 125 centímetros cúbicos.
Al igual que con otros sucesos de estas características, la comunidad bonaerense fue invadida por el desaliento y múltiples interrogantes. Enterado de lo sucedido, el intendente de 9 de Julio, Walter Batistella, solo atinó a señalar ante los medios de comunicación que “se sabía que iba a pasar una desgracia” y que las corridas y “picadas” son una tendencia en su jurisdicción y se hace difícil controlarlas.
21 nov 2008
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