21 nov 2008

LAS PICADAS DE AUTOS, FUERA DE CONTROL

La muerte de cuatro personas en la provincia de Córdoba puso una vez más sobre el tapete el tema de la alta velocidad y el consumo de alcohol.
La “picada” entre vehículos que dejó este fin de semana cuatro jóvenes muertos en Córdoba, recordó otras tragedias ocurridas en el país y revivió un tema que parece fuera de control en algunas jurisdicciones. Neuquén también fue testigo de distintos casos, aunque de menor envergadura y sin el funesto saldo del accidente que enluta a la provincia mediterránea.
Lo sucedido a 100 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en la madrugada del pasado sábado, no hizo más que poner en evidencia un flagelo que se repite a lo largo y ancho de la Argentina y que son los jóvenes muertos en accidentes de tránsito.
La mayoría de los incidentes ocurren durante los fines de semana y luego de las 4 de la mañana. Es el horario que eligen los adolescentes para concurrir a los boliches o movilizarse a altas velocidades por calles céntricas de ciudades y peligrosas rutas nacionales o provinciales.
Pero no se trata sólo del acelerador del auto, camioneta o motocicleta. También aparece asociado al tema de la velocidad el consumo en exceso de diferentes bebidas alcohólicas. Combinados, son un cóctel mortal y así, en forma lamentable, lo confirman las estadísticas que exhiben cientos de jóvenes fallecidos luego de protagonizar “picadas” y otras arriesgadas maniobras al volante de sus vehículos particulares.
Indefensos
Un denominador común en los vehículos que protagonizan las “picadas” y otros accidentes con jóvenes es el número de ocupantes. En general, no menos de cinco personas viajan en los autos y camionetas, desprovistos de cualquier medida de seguridad como pueden ser los cinturones de seguridad.
Más drástico es el caso de las motos. Sin cascos y ante cualquier caída, los impactos resultan fatales.
Desde los centros médicos se advierte que, además de los jóvenes muertos, se debe tener presente a quienes resultan lesionados y que enfrentan largos períodos de recuperación, con secuelas que pueden quedar para toda la vida.
La preocupación en las autoridades vinculadas a la seguridad vial no redundó en campañas efectivas entre los jóvenes y los accidentes se siguen repitiendo, casi con las mismas características.
Antecedentes
En lo que va del año, las mayores tragedias vinculadas a “picadas” no solo involucraron a vehículos de gran porte, sino también a motos. A mediados de febrero, en las cercanías de la ciudad de 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires, murieron tres jóvenes de 17, 19 y 22 años luego de protagonizar un desafío entre cinco motos de 110 y 125 centímetros cúbicos.
Al igual que con otros sucesos de estas características, la comunidad bonaerense fue invadida por el desaliento y múltiples interrogantes. Enterado de lo sucedido, el intendente de 9 de Julio, Walter Batistella, solo atinó a señalar ante los medios de comunicación que “se sabía que iba a pasar una desgracia” y que las corridas y “picadas” son una tendencia en su jurisdicción y se hace difícil controlarlas.

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