25 dic 2008
EDUCACION VIAL INFANTIL
La educación vial infantil mediante hábitos de conducta saludables, es el medio más eficaz de reducir los accidentes, cuando de adultos se incorporen al tránsito activo.
Los niños imitan el modo de actuar de los mayores. Por este motivo es fundamental, que el comportamiento de los adultos sea ejemplar para los más pequeños.
• Debemos enseñarles a:
Cruzar por las sendas peatonales, y respetar los semáforos.
Caminar siempre por el lado más alejado de la calzada.
Prestar atención a la salida de talleres y garajes.
Abrocharse el cinturón de seguridad y conseguir que se lo pongan siempre.
Controlar los impulsos agresivos hacia otros conductores.
No tirar papeles u objetos por la ventanilla.
Guardar los papeles, envoltorios y botellas de gaseosas para depositarlos en el lugar apropiado.
Enseñar que los mejores padres no son aquellos que corren más y se adelantan a todos los demás conductores.
Aumentar los valores solidarios, responsables y cívicos. No solo les estaremos educando, puede que también les estemos evitando que sufran accidentes de tránsito.
En definitiva la educación vial no es más que una parcela concreta, aunque muy importante, de la educación cívica.
No es aconsejable tener a un niño más de 6 horas al día viajando en coche.
Es fundamental olvidarse de las prisas y parar a lo largo del trayecto cada dos horas, para atender las necesidades de los pequeños y permitir que estiren las piernas.
Hay que planificar bien el viaje, para prever las paradas, las comidas y que las costumbres de los niños no se vean alteradas más de lo preciso.
Antes de iniciar la marcha hay que comprobar que todas las puertas estén correctamente cerradas e impedir que los niños jueguen con las cerraduras y ventanillas durante el viaje.
Con la excusa del entretenimiento no hay que dejar que el niño manipule dispositivos que no debe.
Conviene llevar juguetes o bien practicar juegos de grupo tranquilos y didácticos (veo-veo, adivinanzas, cuentos).
Nunca se les debe permitir que practiquen juegos violentos que pueden distraer al conductor y deben llevar puesto el cinturón de seguridad.
En el interior del vehículo, los adultos ocuparán los asientos delanteros y los niños los traseros.
Para que el conductor pueda estar tranquilo y concentrado, el copiloto debe encargarse de tener en todos momentos atendidos los niños y bajo control.
Prácticas recomendables son animar a toda la familia a que participe en la planificación del viaje, consultar los mapas entre todos, ponerse de acuerdo en la hora de salida y permitir que los niños hagan su propio equipaje.
Si los niños se aburren, es bueno que hagan de copiloto desde el asiento posterior, leyendo los avisos y las señales de la carretera, así como las guías de viaje. Se les hará el trayecto mucho más corto.
RECUERDE QUE SUS VACACIONES COMIENZAN CUANDO USTED CIERRA LA PUERTA DE SU CASA.
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